Cuando los pioneros del seguro se reun\u00edan en la cafeter\u00eda del se\u00f1or Edward Lloyd\u2019S en Londres mientras transcurr\u00eda la segunda mitad del siglo XVII, para gestionar el aseguramiento a las aventuras mar\u00edtimas que sal\u00edan hacia las tierras conquistadas y colonizadas por las potencias europeas en el continente americano, no se imaginaban que dentro de los riesgos que se enfrentaban los nav\u00edos asumidos por ellos en calidad de bienes asegurados,\u00a0 estaba el llamado mar de los sargazos. Al respecto muchas historias se contaron sobre barcos que desaparecieron en aquella masa solida que posa sobre la superficie del oc\u00e9ano Atl\u00e1ntico, cuyo tama\u00f1o es 3 veces la extensi\u00f3n de Estados Unidos de Norteam\u00e9rica, lo cual constitu\u00eda un obst\u00e1culo para la libre navegaci\u00f3n de las naves a vela que dominaban el transporte mar\u00edtimo a la saz\u00f3n. Ante aquel panorama incierto, no dudamos que algunos de esos viajes y sus respectivas cargas fueran indemnizados a sus propietarios por aquellos incipientes aseguradores de anta\u00f1o.<\/p>\n
Como vemos, el sargazo siempre ha representado una amenaza para la actividad comercial; constituyendo hoy d\u00eda, seg\u00fan las informaciones que sobre ese particular abundan en los medios informativos de todo el continente americano, un factor de riesgo que pone en jaque la\u00a0 rentabilidad del sector tur\u00edstico hotelero de playa. Debido a su naturaleza este fen\u00f3meno no puede ser transferido a un asegurador, teniendo los afectados que asumir sus efectos nocivos por p\u00e9rdidas y da\u00f1os directos, indirectos y consecuenciales, en calidad de riesgo empresarial.<\/p>\n
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La invasi\u00f3n de algas pende como una Espada de Damocles sobre la sostenibilidad financiera de un sector econ\u00f3mico p\u00edvot del desarrollo en el Caribe insular y continental. La contaminaci\u00f3n que representan los mont\u00edculos de esa materia org\u00e1nica tra\u00edda por las resacas a la orilla de las playas, la pestilencia que estas expelen en su proceso de descomposici\u00f3n y las colonias de insectos que producen, inhabilitan muchos de los espacios en las instalaciones para el sano uso que el cliente y hotel acuerdan darle cuando se concreta el contrato vacacional entre ambos.<\/p>\n
Un hotel de playa sin este activo con su arena blanca y agua cristalina, es como una mesa de tres patas, debido a que al modelo todo incluido, adem\u00e1s de alojamiento, show y A&B, lo integran, sol, mar y playa, siendo esta ultima uno de los principales atractivos de la industria.
\nRecientemente muchos asegurados hoteleros en la Rep\u00fablica Dominicana han reportado reclamaciones a sus compa\u00f1\u00edas de seguros en concepto de da\u00f1os directos por contaminaci\u00f3n de la playa, y p\u00e9rdidas consecuenciales por cancelaci\u00f3n\u00a0de reservas; \u00a0argumentando para ello, que la inhabilitaci\u00f3n de las instalaciones debido a este fen\u00f3meno les ha menguado el volumen de negocio y les ha generado un extra costo operacional. En tanto que otros han dicho que el ingreso de algas sobre la propiedad asegurada, arena de playa, constituye un da\u00f1o material directo sobre el inter\u00e9s asegurable.![\"maxresdefault\"](\"http:\/\/apcres.com\/wp-content\/uploads\/2014\/02\/maxresdefault-300x169.jpg\")
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Lamentablemente ninguna p\u00f3liza de seguros, al menos conocida por nosotros, ampara contra estos riesgos, debido a que la accidentalidad es una condici\u00f3n\u00a0sine qua non<\/strong><\/em>\u00a0en la generaci\u00f3n del da\u00f1o, lo cual no se comprueba en el caso de la especie porque esa invasi\u00f3n de algas se produce de manera paulatina. Una segunda condici\u00f3n eximente de cobertura bajo la p\u00f3liza, y por ende, liberadora de responsabilidad para el asegurador, es el hecho de que ese fen\u00f3meno es una contaminaci\u00f3n; y \u00e9stas, no importa su procedencia, tambi\u00e9n est\u00e1n excluidas de todos los contratos de seguros. Al respecto se trascriben a continuaci\u00f3n las exclusiones\u00a0 de los dos formatos de seguros de propiedades de uso en nuestro mercado. Veamos:<\/p>\n A-\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>P\u00f3liza Todo Riesgo de Propiedades: excluye<\/strong>\u00a0en el art\u00edculo 3-13: \u00abContaminaci\u00f3n ambiental de cualquier naturaleza sea esta gradual o s\u00fabita e imprevista. Tampoco se cubre ning\u00fan gasto de limpieza en que deba incurrir el Asegurado ya sea por orden de cualquier autoridad competente o por considerarse responsable de dicho evento\u00bb.<\/em><\/p>\n B-\u00a0\u00a0\u00a0\u00a0<\/strong>P\u00f3liza de riesgos nombrados:<\/strong>\u00a0ese riesgo no se incluye en las condiciones particulares, lo cual desde la suscripci\u00f3n deja fuera de cobertura este fen\u00f3meno. Por otro lado, en el art\u00edculo 5-a, del condicionado general, cuenta con una exclusi\u00f3n que equipara a la anterior: \u00abLa poluci\u00f3n o contaminaci\u00f3n del medio ambiente\u00bb.<\/em><\/p>\n En adici\u00f3n a las exclusiones se\u00f1aladas en los dos p\u00e1rrafos anteriores, en ambos formatos se requiere que la causa del siniestro sea accidental y de manera directa sobre la propiedad, lo cual no ocurre en los casos analizados; por el contario, se presenta de manera paulatina y no afecta materialmente las instalaciones f\u00edsicas aseguradas.<\/p>\n En suma, el sargazo, m\u00e1s que un riesgo, constituye un desastre de origen natural probablemente producido por la acci\u00f3n humana, que afecta a un sector de sensible y estrat\u00e9gica importancia para la econom\u00eda del Estado, por lo que las\u00a0 autoridades deben activar el Sistema Nacional de Prevenci\u00f3n, Mitigaci\u00f3n y Respuesta ante Desastres, conforme ala ley 147-02, a los fines de liberar al sector hotelero \u00a0de esta problem\u00e1tica y evitar que sucumba por incapacidad financiera.<\/p>\n En ese sentido, el art\u00edculo 2 de esa legislaci\u00f3n dice: \u00abDe la pol\u00edtica de gesti\u00f3n de riesgos: La pol\u00edtica de gesti\u00f3n de riesgos es evitar o reducir las p\u00e9rdidas de vidas y los da\u00f1os que pueden ocurrir sobre los bienes p\u00fablicos, materiales y ambientes de los ciudadanos, como consecuencia de los riesgos existentes y desastres de origen natural o causados por el hombre que se pueden presentar en el territorio nacional\u00bb.<\/em><\/p>\n A modo de conclusi\u00f3n tenemos que el \u00e1mbito de aplicaci\u00f3n\u00a0 de esta normativa no es excluyente ni limitativo, sino m\u00e1s bien que da una connotaci\u00f3n de intereses o patrimonio difuso a las playas; y, debido a que se carece de un sistema privado de transmisi\u00f3n de riesgo con cobertura bajo las p\u00f3lizas de seguros para enfrentar este fen\u00f3meno, lo l\u00f3gico ser\u00eda que las autoridades ponga en movimiento el esp\u00edritu mitigador y preventivo estatuido en la referida ley 147-02 sobre Gesti\u00f3n de Riesgos, vigente en la Rep\u00fablica Dominicana.<\/p>\n
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